Comprobar el pasado

by Jordi Muriel

Muchas especies del reino animal no disfrutan de una noción del tiempo tan avanzada como la del ser humano. Esta noción del tiempo nos ha brindado con la capacidad de recordar, de aprender del recuerdo y de prepararse para el futuro. El escribir es el intento de pasar este recuerdo al siguiente; un intento de minimización de la erosión provocada por el olvido. Sin embargo es este olvido el que intriga a los historiadores. Tras miles de generaciones de homo sapiens parece ser que ha llegado, lo que los filósofos del siglo XVIII llaman, una edad iluminada y con este destello, una revalorización de la importancia de la historia.

A Oriol Junqueras muchos le conocemos como político, pero él mismo no duda en recordarnos su carrera académica cuando es necesario. Oriol Junqueras también es un historiador y, como buen historiador, sabe lo poderosa que es la historia.[1] Es poderosa porque nos permite comparar la actualidad con el pasado, que frecuentemente es visto como un mundo más simple pero admirable, y sabe la pasión que alberga el recuerdo. Cuando comparamos hoy con pasado sacamos conclusión: vivimos en un tiempo mejor, igual o peor. Esta comparación que de forma involuntaria sucede en nuestro pensamiento nos lleva tan habitualmente a frases tan melancólicas como antes se vivía mejor o me gustaría haber vivido en otra época. Y aunque el resultado nos alivie el corazón o nos lo tense aún más, lo decimos en alto porque no importa demasiado. Sabemos que estas conclusiones momentáneas son irrelevantes en el mundo académico, donde semejante determinismo viene siendo castigado en la historiografía desde por lo menos después de la segunda guerra mundial. Naturalmente uno no tiene que llevar consigo a Karl Popper si va al bar, porque se van a reír de usted, pero no todos somos historiadores como Junqueras y no todos podemos ni tenemos los medios para comprobar que el historiador ejerce su oficio correctamente y mucho más cuando también es político. He aquí mi humilde contribución como joven historiador.

En un artículo publicado el 29 de enero del 2019 en El Mundo se hace alusión a una entrevista a Junqueras por el periódico francés Le Figaro donde le preguntaron por Puigdemont. Junqueras le critica duramente echándole en cara que haya huido de España, teniendo en cuenta la delicada posición en la que se colocó después de la declaración de la independencia. Lo hace recordándonos el pasado. Su contestación: «Yo me quedé en Cataluña por sentido de responsabilidad hacia mis conciudadanos. Sócrates, Séneca o Cicerón tuvieron la oportunidad de huir y no lo hicieron. Esta responsabilidad cívica y ética me impresiona mucho. Desgraciadamente, tenemos la oportunidad de experimentar la prisión desde dentro. Creo que tiene un valor ético que un responsable político conozca esta realidad». Seguidamente se le pregunta si previó que acabaría en la cárcel, a lo que contesta: «Se lo había dicho a mi familia y a mis hijos. Algunos me decían que en el siglo XXI, el Estado no se atrevería a encarcelarnos. Yo les respondía que el aparato del Estado no podría resistir la tentación. Soy historiador de formación y el estudio del comportamiento de diferentes estados me había llevado a esta conclusión».

Junqueras, el historiador nos recuerda a Séneca, el filósofo, político y orador romano que se exilió o 8 años en Córcega y a Cicerón, el jurista, filósofo, escritor, orador y político romano condenado al exilio de Roma. Todo esto comprobable en Wikipedia tras cinco minutos, sin más. Junqueras, el historiador, se olvida a Tucídides, el padre de la historia, la carrera que él estudió, condenado al exilio durante veinte años por Atenas tras perder un asedio. Todos ellos tienen en común que abandonaron su país de origen, ya sea por decreto como Tucídides y Cicerón, o por supervivencia como Séneca. Los ejemplos de Junqueras empiezan a quebrantarse. Son ejemplos cuyo uso que ha decidido dar es muy discutible. Pero no es todo. Junqueras dice haber llegado a una conclusión sobre el estado español en base al comportamiento de diferentes estados. Por qué el entrevistador no le pidió que elaborase? Me gustaría saber cómo se comporta un estado, señor Junqueras. Me gustaría saber qué estados ha estudiado para prever que saltar la ley podría conllevar a un castigo penal. Me imagino que tienen que ser estados modernos.

Este artículo es un doble pleito. Por un lado es un pleito utópico para evitar el mal uso de la historia o, de forma más específica, el predicamento en base a la autoridad que se atribuye uno a sí mismo recordándonos que es historiador, pues el historiador hoy en día es una persona crítica y dudosa, pero en absoluto determinista, que sabe que la verdad histórica es un consenso y no la realidad ya que nadie podrá comprobar el pasado hasta la invención de la máquina del tiempo. Sin embargo, también es un pleito al periodismo. Sigan preguntando cuando emerjan determinismos, sobretodo históricos y destrúyanlos, porque no hacen honor a la belleza de la historia.


[1] El Mundo (digital): Lección ética de Junqueras a Puigdemont: “Sócrates, Séneca y Cicerón pudieron huir y no lo hicieron”, https://www.elmundo.es/cataluna/2019/01/29/5c500d64fc6c83f11d8b45c3.html visitado por última vez el 12-2-2019 a las 12:17

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