Que el escenario político y electoral español se está intensificando es una realidad innegable. Con la llegada de Podemos, Ciudadanos y Vox, España supera definitivamente su etapa bipartidista y entra en un escenario en el que el diálogo y el compromiso entre partidos va a ser fundamental. Ciudadanos va a cobrar un especial protagonismo en esta nueva etapa, ya que aseguran ocupar un espacio electoral e ideológico ‘’de centro’’. Por ello, en teoría, el partido naranja debería ser más propenso al entendimiento con cualquier partido constitucionalista que otras formaciones en los ‘’extremos’’ del eje ideológico, como lo podrían ser Podemos o Vox. Además, es difícilmente viable que tanto la izquierda o la derecha, excluyendo ciudadanos, puedan llegar a los 176 diputados necesarios para una mayoría parlamentaria. Por eso, auguro que la formación naranja tendrá mucho que decir en el futuro de la política nacional, autonómica y local.Sin embargo, un gran poder político conlleva una gran responsabilidad electoral. Un claro ejemplo de ello es el resultado político de las elecciones andaluzas. A mi juicio, Ciudadanos erró a la hora de cerrar la puerta al diálogo con Vox. Esta maniobra era un claro intento de demonización de Vox con tal de estigmatizar sus votantes y por ende retener el voto de la derecha sociológica descontenta con el Partido Popular. Lo que la formación naranja no ha logrado entender, es que la ciudadanía ha aprendido a detectar cuando un partido antepone las estrategias electorales a la praxis de la política como instrumento para el bien común. Además, el centro y el centro-derecha sociológico no comparte las preocupaciones de la cúpula de Ciudadanos por el partido de Santiago Abascal. Prueba de ello es la investigación social realizada por Sociométrica en relación con el acuerdo de gobierno de Andalucía.Un 69,4% de los votantes del PP y un 50,4% de los votantes de Ciudadanos optaron por pactar con Vox para la formación del gobierno Andaluz. Solo un 5,2% y un 21%, respectivamente, prefirieron pactar con el PSOE.A mi juicio, el reciente antagonismo entre Vox y Ciudadanos no ha hecho más que debilitar la formación naranja, ya que ha demostrado la fragilidad de su naturaleza consensual. Ciudadanos ha perdido la joya de su corona y se ha convertido en un simple partido social-liberal fácilmente reemplazable por el ala liberal del Partido Popular y el ala progresista del Partido Socialista.
La cuestión Naranja
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