“Todos los paraísos, todas las utopías están diseñadas por quienes no están allí, por las personas que no están permitidas”
Chloe Ardelia Wofford, escritora estadounidense, ganadora del Premio Pulitzer en 1988 y del Premio Nobel de Literatura en 1993.
Es señal de sana democracia que hayan diferencias políticas y diferentes opiniones y convicciones. En ella tampoco pueden faltar los sectores críticos de la sociedad civil, los medios y por supuesto movimientos dentro de los propios partidos políticos. Estos sectores mantienen a los partidos políticos establecidos despiertos para sacarlos del inmovilismo y que no se desvíen por el camino totalitario al que tiene tendencia siempre el que manda. Los críticos siempre serán un aire fresco que mejorarán la democracia con un espíritu donde los partidos se atrevan a pactar y llegar a compromisos siempre con un objetivo final que sea el bien común. Un espíritu que brilla por su ausencia en el mapa político español. Donde lo que debería ser sana rivalidad se parece más al odio al rival político que resulta en exclusión y confrontación. Otro partido que no sea el tuyo es considerado el enemigo y pactar con ellos sería un fracaso. Bastante lógico en un país donde siempre ha habido una historia política bipartidista donde el plan era alternarse en el poder ad infinitum.
Como sabemos todos el escenario político está cambiando y el bipartidismo ya no es lo que era. Es verdad que el PSOE y PP siguen y seguirán siendo la referencia en cada bando, pero ya no podrán gobernar en solitario ni tan fácil como en el pasado. Se necesitara un tercer o incluso un cuarto partido, ya sea en coalición o absteniéndose para que el otro gobierne en solitario. En el futuro será necesario llegar a pactos de Estado, como decía anteriormente, por el bien común. Pactar con nacionalistas donde se negocian libertades y privilegios particulares para una sola región ya no valdrá. Tendrán que pactar con partidos nacionales, coaliciones nunca vistas de gobierno donde la llave la tienen partidos como Podemos, Ciudadanos o Vox.
El primer pacto nacional de gobierno será un nuevo comienzo, un punto de partida donde el futuro de España empezará a tomar forma con un solo objetivo, una España justa de ciudadanos libres e iguales. Tras años de pactar con separatistas toca pactar por el bien de España en su conjunto, y eso seguirá siendo uno de los mayores desafíos políticos en los próximos tiempos. Poner el interés general por encima del interés personal, de partido o regional. Pactar con los que quieren destruir España seguirá siendo una tentación grande para tomar o mantener el poder para los partidos tradicionales. Cosa que está cambiando desde la crisis en Cataluña y la erupción de los partidos Ciudadanos y Vox. Parece que el PP se ha despertado de su sueño en el que era posible gobernar en solitario o con el apoyo de algún que otro partido regional (nacionalista). En algunos sectores del PSOE también están hartos de dar concesiones a las regiones díscolas, pero con Sánchez en el poder parece que todo vale, incluso pactar con Bildu en Navarra.
Los pactos desde el principio de la democracia han llegado a un punto en el que el poder de separatistas en las CCAA ha creado a un país sin rumbo. Por un lado está el gobierno central que se supone al servicio de la nación y por otro las CCAA que solo piensan en su propio interés y no en el interés general de España. Una tendencia que mengua la capacidad de acción del Estado para defenderse de la fuerza centrífuga a la que está sometido por culpa de la perversión del sistema autonómico. Además reduce la solidaridad entre CCAA, algo que claramente no interesa a los españoles en su conjunto.
¿Volverá la solidaridad?
Lo más ineficaz que hay desde mi punto de vista es gestionar un país donde cada CCAA vaya a su bola o donde los partidos gobiernan para una parte de la sociedad excluyendo al resto. Pactar con separatistas significa beneficiar a unos perjudicando a otros. Fomenta la insolidaridad y la duplicidad de administraciones en España con el enorme gasto que eso conlleva y que sirve a colocar a gente del partido. La gente está hasta el gorro de la corrupción política, de promesas incumplidas y se cansa de ir a las urnas. Esto resulta en votar a partidos regionales para que su región tenga menos que ver con la política nacional y todo lo negativo que la rodea.
«El miedo colectivo estimula el instinto de la manada y tiende a producir ferocidad hacia aquellos que no son considerados como miembros de la manada»
Bertrand Arthur William Russell, escritor británico ganador en 1950 del Premio Nobel de Literatura.
¿Y en el mundo de las empresas, que hacen para ser más efectivos? Fusionan para reducir gastos y simplifican la estructura para ser más competitivo. Todo en el mundo empresarial se trata de reducir gastos y simplificar la administración y todo lo innecesario para finalmente poder servir los mejores productos o servicios al mejor precio para satisfacer al cliente. La empresa quiere a clientes satisfechos para que vuelvan. Para eso se necesita poner el foco en un mismo objetivo y no tener diferentes intereses que puedan desestabilizar a la empresa. Si no, hay posibilidad de quebrar. Es muy simple, la empresa con mejores productos y servicios sobrevive. Las compañías más competitivas se aseguran de que sus empleados conozcan la estrategia y los objetivos empresariales para remar todos a la vez y en la misma dirección. La unión es la palabra clave para el éxito empresarial. Por otro lado empresas adquieren otras empresas para fortalecerse ya que saben que operando juntos pueden ser más eficaces. Uniendo fuerzas se adquieren clientes, conocimiento, tecnología, etc.
Y aunque sea comparar peras con manzanas, no dudo de que unir fuerzas y trabajar hacia un mismo objetivo teniendo los mismos intereses resultará en mas eficacia, eficiencia y mejores servicios. Como explico en este artículo la sintonía entre el Gobierno y el pueblo español desapareció hace mucho tiempo, si es que algún día la hubo. El circulo vicioso de la desunión en el que se encuentra España es perverso, destructivo y paraliza al país. Toca pactar, colaborar y dejar a un lado el interés propio. Si queremos un país unido y solidario, el estado tiene que recuperar las competencias clave, léase seguridad, justicia, educación y sanidad. Es la única manera de conseguir una nación de ciudadanos libres e iguales que deje atrás los privilegios y la división en España.
Mientras escribía este artículo, me topé con dos tweets muy relevantes que reflejan la moraleja de mi artículo y que no quiero que te lo pierdas: